Queridos compañeros
¿Es idea mía o en la última comida, cuando homenajeamos a Oscar, y en los mails subsiguientes hubo algo especial?
A mi me pareció que finalmente hemos llegado a ser un grupo casi civilizado. Y lo digo con una gran satisfacción. Siempre he querido mucho a nuestra promoción pero la imagen que tenía de nosotros se parecía algo a un zoológico, donde bichos de distintas especies eran retenidos contra su voluntad, venían de distintos ambientes, se coordinaban mal, obedecía la ley de la selva, y en cuanto podían se pegaban algún mordiscón.
Talentos individuales abundaban. Buenos corazones, también. Espíritu de equipo… solo en algunos subgrupos. Capacidad de diálogo… ¿juats dat? Me no was!
El mail de Oscar agradeciendo el agradecimiento me pegó tan bien que ni lo pude contestar. No creí poder estar a la altura. Pero se ve que fue como una semilla que germinó durante el verano y hoy tengo algo para decirles.
Antes de hablar quesería decir unas palabritas sobre mi profesión, porque se relaciona con esto. Yo dejé la publicidad y me deshice de una agencia que andaba muy bien para dedicarme a lo que en términos generales se podría llamar construcción de consenso. Es decir a las disciplinas que ayudan a que la gente se ponga de acuerdo. Haciendo mi tesis universitaria sobre marketing y medioambiente había entrado en contacto con la idea de que la Humanidad enfrenta un desafío que nunca en la Historia había tenido que enfrentar y por lo tanto no sabe cómo hacerlo: el riesgo de una crisis planetaria terminal a causa de un daño irreversible a los sistemas ecológicos que le dan lo que necesita para subsistir.
Me resultó evidente que las soluciones técnicas para evitar dicha crisis existían o podían desarrollarse pero que no se lograban los acuerdos políticos para implementarlas. Viví personalmente la impotencia de no poder lograr que la gente acordara algo que les convenía a todos cuando intervine en la crisis de la Pesca en el Mar Argentino. El recurso fue sobreexplotado y todos salieron perdiendo. Sobrevino una gran desocupación en el sector. La causa original, no habían podido ponerse de acuerdo y autoregularse para pescar una cuota que fuese sustentable o para utilizar técnicas que fuesen menos destructivas del recurso (se mata innecesariamente enormes cantidades de pescado y se destruyen los ecosistemas del fondo del mar). La tecnología ha dado grandes saltos pero los decisores que la emplean siguen negociando con los mismos métodos que hace siglos. Ese es el eslabón débil de la cadena. Eso es lo que nos puede llevar a pésimas decisiones cuando tenemos buenas decisiones al alcance de la mano.
Ahora volvamos a hablar de nosotros. Tengo una propuesta para que intentemos encarar juntos algo en nuestras reuniones. Si aceptan, quisiera invitarlos a una exhibición privada de la película que hizo Al Gore sobre el cambio climático y el calentamiento global. Después de verla tendríamos un debate bajo el lema “¿Qué podemos hacer nosotros?
Este debate tendría una particularidad: cada uno de nosotros vendría con un representante de la generación subsiguiente: un hijo, un sobrino, un ahijado (varón o mujer). Esto se basa en un par de motivos:
La generación siguiente va a ser la que enfrente la crisis más de lleno. Es bueno que empiecen a tomar conciencia que los procesos de decisión son difíciles y que hay herramientas para facilitarlos que deben ser aprendidas. Ver (y participar) en un proceso en que un grupo de amigos trata de hacer algo en forma colectiva será una buena experiencia.
La presencia de estos invitados más jóvenes quizá ayude a que nos ubiquemos mejor en el rol de adultos responsables. (habrán notado que con frecuencia gente grande padece una regresión cuando se encuentra con sus compañeros de colegio y empieza a los gritos y a tirar pan de mesa a mesa, lo cual es bastante divertido, pero no sería operativo en este caso )
Me ha pasado antes que lo que a mí me parece una gran idea otros consideran una locura o un aburrimiento. Me daría pena que ocurriese en este caso así que abro el paraguas antes de que llueva y le cuento por qué me gusta este proyecto.
1. Que haya una excusa para juntarnos más seguido sin que se ponga monótono.
2. Que podamos encarar acciones que contribuyan solucionar el principal problema que enfrenta la Humanidad.
3. Que tengamos una ocasión de compartir con nuestros hijos la amistad que tenemos con nuestros compañeros.
4. Que nuestros compañeros conozcan a nuestros hijos.
5. Que nuestros hijos se conozcan entre sí.
6. Que podamos aprovechar los conocimientos, habilidades, talentos y contactos diversos que hay en nuestra promoción y hacerlos funcionar sinérgicamente.
7. Que podamos encarar algún proyecto que implique una rentabilidad, como podría ser la plantación de árboles.
8. Que aprendamos, al hacerlo, a conducir reuniones más eficientemente.
9. Que podamos darle ocupación a alguno que no la tenga y quizá le venga bien.
10. Que cada uno en su ámbito pueda difundir nuestras conclusiones y multiplicar su efecto.
Si hay un interés por parte de ustedes, me pondré en campaña para conseguir un salón donde podamos ver la película y debatir y comer unas empanadas y vino. Pensaba llevar esto a cabo a mediados de marzo. Una noche de 20 a 23 hs, preferentemente en el colegio de Olivos. Consigo la película gratis pero propongo que pongamos unos 30 mangos por cabeza para las empanadas y el vino (que costarán bastante menos) y que sobren unos pesos que pasarán a integrar un fondo operativo bajo las garras de alguno que votemos como tesorero.
En fin… talvez me estoy metiendo demasiado en los detalles.
Por favor manden feedback respondiendo a todos.
Un abrazo de pulpo.
Boy
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